Los niños necesitan un sitio en el que sentirse a gusto y seguros de verdad. Un sitio donde poder leer, aprender o simplemente relajarse. Sin duda tiene que resultar acogedor, pero también estable y sobre todo no ser un estorbo en medio de la habitación infantil. Por ello, resulta fascinante la idea de convertir una sencilla estantería de Ikea en un recurso ideal tanto para mayores y niños. En un santiamén se consigue un espacio de almacenamiento y de recogida en uno. ¡Sus hijos sabrán agradecérselo!